domingo, 24 de mayo de 2015

El clamor de la educación

El origen de los problemas de los maestros es una historia tan antigua como la de las deficiencias en el modelo educativo y su legislación. Esta es la historia de la máquina contra la academia, de las políticas de un sistema opresor y excluyente que desde los inicios de la nación pretenden regular y condicionar el acceso al conocimiento y coartar toda iniciativa tendiente a elevar el nivel de la docencia a la verdadera posición orientadora y formadora de la estructura del pensamiento individual y colectivo con el propósito de construir país.
     
El poder y valor de la educación han sido desvirtuados con el ánimo de convertirla en el oficio de unos cuantos valientes que labran con las uñas en terreno pedregoso y hostil la idea del conocimiento al alcance de todos y se enfrentan constantemente a los residuos de la alienación rampante de la que es víctima la conciencia social. Yo misma, desde la miope visión de la adolescencia menosprecié mis estudios de licenciatura por desempeñarme en otros ámbitos en donde recibía cinco veces el salario de un docente; una triste,absurda, cobarde y fácil salida a la que muchos han sido abocados, pero peor aún, la salida ligera y anti-ética por la que en su intención de "maleducar" y limitar la capacidad cognoscitiva y argumentativa con que las instituciones engranaje de este corrosivo sistema han decidido equiparar la formación de maestros (orientadores, formadores, guías, consejeros,instructores…) a la formación somera de la preparación “express” que ofrecen todo tipo de incipientes “instituciones educativas” con programas mediocres, carentes  de profundidad, ética profesional y principios además de la exigencia y concienciación requeridas para desempeñarse en la que es realmente la labor más importante dentro de una sociedad –hablando de carreras profesionales- porque tiene directa injerencia sobre la vida, desempeño y evolución de cada individuo, el crecimiento intelectual, la capacidad de trascendencia, la re-estructuración social y por ende el desarrollo del país.

Esto debe terminar. Los pensums  académicos para docentes como los honorarios recibidos por ellos deben ser elevados en calidad y valores agregados de la misma manera que el ejercicio de la profesión debe ser monitoreado y limitado a las instituciones y personas idóneas, dándole a la educación y a los maestros el lugar imprescindible,decisivo y valioso que debe tener toda sociedad civilizada.

Todo esto hace necesario no solo un paro ni mil de ellos, sino un alto urgente por parte de quienes tienen la capacidad para diseñar y proponer conjuntamente con quienes tienen el poder de decidir, para analizar a profundidad los agentes que desde un comienzo fueron establecidos erróneamente y han venido estorbando lo que debería ser un proceso consciente y evolutivo e indudablemente transversal a todas las agendas establecidas para la construcción  del país, así podríamos erradicar todos los exabruptos que año a año surgen alrededor de la academia, los maestros y la educación en su vastedad, los cuales afectan notoriamente todos los asuntos de interés nacional.  Pero mientras la utopía se desintegra, apoyemos a los maestros en su pelea (que a veces parece que fuera contra el viento) por una educación de calidad, por el respeto de la profesión y el trato, reconocimiento y remuneración justos a quienes ejercen tan loable labor. 

Por eso de ser MUJER

Siempre hay y habrá un motivo para celebrar las innumerables y "sui generis” cualidades de la mujer y su imprescindible influencia en todos los asuntos globales, puesto que es la mujer la que, debido a su rol (cada vez más caleidoscópico y ecléctico) determina en altísimo porcentaje lo que va a ser el rumbo de cada individuo. Solo por mencionar algunas características inmanentes a la mujer –porque podríamos embarcarnos en un viaje de ida a regreso a Plutón y no terminar- diría yo que hay tres que son hitos de donde se desprenden las demás:  La primera es la maravillosa y asombrosa capacidad que le fue otorgada por Dios de enfrentar fisiológica, emocional y espiritualmente la gestación de la especie humana en su interior; la segunda es la facilidad con la que puede desarrollar sentidos diferentes a los consabidos y erróneamente limitados “cinco”, solo para poder ejercer su sagrado oficio “preocuparse por todo” que no es una cosa diferente a dar AMOR en sus variadas expresiones, el cual no tiene un objetivo diferente a proteger, ayudar y DAR, todo el tiempo darse a quienes ama y, la tercera, su carisma innato, con el cual suaviza todo a su alrededor, aconsejando, acompañando, aportando sus fuerzas, dando aliento, consuelo y refugio, siempre con su ubicua presencia que armoniza cualquier situación paisaje o ambiente (por algo se le llama “ayuda idónea”)… Muchas razones hay para homenajear y festejar la existencia de las mujeres cada uno de los días del año.

Lo que me parece triste y frustrante es que llevemos 104 años celebrando la lucha de las valientes mujeres por recibir respeto, justicia e igualdad derechos y aún, luego del trabajo de un siglo, las mujeres continuamos siendo discriminadas, maltratadas y asesinadas  Siendo objetivos, no habría mucho que celebrar y mucho menos con la dádiva de detalles materiales como rosas o chocolates como si fuéramos especímenes de zoológico que tras su situación deplorable se alegran con los edulcorantes de los visitantes que más allá de maravillarse y sorprenderse no hacen mayor cosa por ellos.  Lo único que exigimos es que se nos valore como sencillos seres humanos, con todo lo que ello implica. Así las cosas, creo yo que ésta no es algo diferente que la conmemoración de otro día de trabajo en pro de la utopía de las guerreras, valientes y esforzadas que se han dado a su causa, a ellas hay que celebrar.


"Brindemos por las locas, por las inadaptadas, por las rebeldes, por las alborotadoras, por las que no encajan,por las que ven las cosas de una manera diferente. No les gustan las reglas y no respetan el status-quo. Las puedes citar, no estar de acuerdo con ellas,glorificarlas o vilipendiarlas. Pero lo que no puedes hacer es ignorarlas.Porque cambian las cosas. Empujan adelante la raza humana.

Mientras algunos las vean como locas, nosotras vemos el genio. Porque las Mujeres que se creen tan locas como para pensar que puedan cambiar el mundo, son las que lo hacen".
Jack Kerouac

viernes, 25 de abril de 2014

Testigos silenciosos del secuestro.

Hoy, en un abril del siglo XXI, es escalofriante y abrumador saber que en Colombia existen personas víctimas del secuestro que llevan más de 14 años en poder de la guerrilla y que de muchos de los 400 secuestrados actuales no se tiene certeza de su ubicación. Vergonzoso es reconocer que somos parte de una nación en su mayor parte indolente ante este delito atroz y arrolladoramente destructor.

No es tiempo de preocuparnos por los muertos, ni por los que tienen un séquito de abogados defendiéndoles, es tiempo de actuar a favor de los vivos, quienes no tienen como defenderse y que solo cuentan con “la intención de un país y la voluntad política del gobierno”. Dejemos de ser parte de las cortinas de humo con que se envuelve cada vez más difusamente la realidad vivencial y no la mediática, a un lado las "moditas" de las redes sociales y a despertar la conciencia.  Aunque para algunos ya pasó “de moda”, es una verdad de a puño el hecho de que después de dos años de conversaciones de paz aún hay en Colombia personas secuestradas, no solo privadas de la libertad sino sometidas ante captores que son motores de guerra, sobreviviendo en  medio de terribles circunstancias geográficas, alimentarias, climáticas, y de salubridad además de estar expuestos a todo tipo de maltratos y daños emocionales irreversibles.

La indolencia e indiferencia en las que el pueblo cae cuando no hay una revolución  mediática que lo “empuje” hace que se desatiendan situaciones importantes y apremiantes. Nos urge movilizarnos a favor de esas más de 400 víctimas del secuestro que aún no están en sus casas, con sus familias, viviendo vidas dignas y de quienes no se tiene certeza de que se encuentren con vida. Hay que exigir su libertad, hacer ruido, manifestarse, congregarse a reclamar, proclamar y orar para lograr este propósito.

En estos tiempos, quienes tienen el poder político y legal no actúan con toda la severidad necesaria, quienes tienen la voz popular a su favor no promueven la movilización y exigencia de la libertad y quienes tenemos el poder de la fe no elevamos ni siquiera una oración semanal por las víctimas; cuando nos limitamos a dejar todo en  manos de unos cuantos que se han sentado a conversar, más allá que otra cosa, o a esperar milagros sin haberlos gestado, estamos consintiendo el hecho y, peor aún, estamos extendiendo el tiempo de la angustia de las personas secuestradas y ahondando el sufrimiento de sus familiares.

No nos preocupemos por qué van hacer lo otros, sino por ¿qué voy a hacer yo?  Que la desidia no nos convierta en cómplices de este delito que tanto aborrecemos.

domingo, 20 de abril de 2014

La opinión en los tiempos de las redes sociales.

“Redes Sociales” es un nombre muy apropiado para definir las marañas, atascos y embrollos que envuelven las opiniones de alrededor de 1.000 millones de personas alrededordel globo, y en consecuencia de ello diariamente vemos miles de controversias sobre todo tipo de temas, pero lo que si representa un exacerbado detonante son los acontecimientos importantes relacionados con las personas públicas, especialmente sus equivocaciones y fallecimientos.

Por estos días la “moda” es sentirse el más patriota y literato a razón del fallecimiento del Nobel colombiano, Gabriel García Marquez, y como si fuera  poco ya que en este país se peca bastante de desinformación y subjetivismo ahora le sumamos el conocido dicho “todo muerto es bueno” lo que ha gestado la hostigante y trasnochada  controversia desatada  durante ya varios días entre detractores y seguidores del escritor fallecido,con algunos exabruptos como el de la legisladora María Fernanda Cabal.

A pesar de no ser parte del grupo de los acérrimos fanáticos de Gabo, quienes defienden a ultranza su actuar e ideología midiéndolos con el mismo rasero que a su obra literaria, lo que me atañe en estas líneas es abogar por la objetividad que requieren los hechos y el respeto que merecen los familiares y amigos dolientes. Si bien es cierto que algunos reprobamos el hecho de que García Márquez no hizo gran cosa por Aracataca como su influencia cultural y política le permitían y que haya sido seguidor de ideas dictatoriales comunistas, también reconocemos la persecución, rechazo y exilio de los que fue víctima, aunque también es innegable admitir que cosechó bastante de lo que sembró; lo más relevante, creo yo, es el legado literario que dejó (para quienes gustan de sus obras) y el reconocimiento que le dio a Colombia por ser el único escritor colombiano ganador del Premio Nobel de Literatura.

Es absurdo leer como verdades a medias van y vienen juzgando y destruyendo la memoria de una persona que contó con reconocimiento internacional y observar como se lastima a sus dolientes en el proceso, siendo esto algo cruel e innecesario.  Yo pienso que a las personas notables y admiradas se les deben hacer los reconocimientos en vida, se les debe honrar, respetar y ayudar de la misma manera que se les debe exigir, cuestionar y confrontar debido a que sus dones y privilegios demandan responsabilidades mayores para con su gente y su nación.  Este no es tiempo de darle gracias a Gabo ni de recriminarle nada, cuando él ya no escucha ni está en facultad de modificar sus pasos.

¿Porqué no demostramos nuestros afectos cuando aún podemos alegrar el alma de las personas? ¿Por qué no cuestionamos y argumentamos cuando sabemos que la persona objeto de nuestras críticas y reclamos puede responder, defenderse y resarcir? ¿Por qué el estar en desacuerdo con una persona pública conlleva al menosprecio de su persona y al irrespeto hasta de su misma condición física (me refiero, por ejemplo a las burlas de mal gusto generadas a raíz de un accidente de incontinencia sufrido por el presidente de la república –de quien soy también detractora-)?

Tristemente la idiosincrasia con un actuar marcado por principios truncados y antivalores en donde se promueve la tolerancia en vez del respeto y rebeldía en vez de revolución es una de las fuertes causales de que Colombia siga sumido en este agónico tercermundismo; soy una convencida de que los paliativos para la enfermedad del “país de nadie” serían la objetividad enmarcada en la autocrítica y el reconocimiento de que se necesitan más personas que actuemos para transformarla realidad en vez de continuar maldiciendo a nuestra nación criticando a todos los actores de nuestra realidad social sin generar un impacto más allá que el desasosiego y la ira colectiva a la deriva que solo generan más caos.

Es tiempo de reconocer que nuestro paso por la vida es finito y en algunos casos más corto de lo que se espera. Es tiempo de ocuparnos de todo el desarrollo que podemos generar,  de todas las injusticias que podemos evitar, de todos los desastes que podemos impedir, de todo y todos a quienes podemos proteger. Es tiempo de preocuparnos más por nuestro propio andar y el impacto que generamos en nuestra comunidad y en el planeta, es tiempo de construir las huellas que vamos a dejar a las generaciones venideras.

sábado, 17 de agosto de 2013

Que en Colombia somos muy felices ¡PERMÍTAME REIRME!

A comienzos de 2013 la firma Gallup sacó a la luz una encuesta cuyos resultados indican que Colombia es el país más feliz del mundo; según ellos el 77% de los colombianos encuestados afirmó ser feliz, por esta razón decidí hacer este TOP 5  de las espectaculares motivaciones que lograron que esos casi 34 millones de colombianos hicieran tal aseveración:


1. SALARIO MÍNIMO: $589.500

Creo firmemente que ese salario hace reír bastante, pero no exactamente de felicidad, cuando el mercado mensual para una familia promedio de cuatro personas con los elementos más básicos incluyendo los implementos de aseo y excluyendo la carne el pollo y el pescado, alcanza los 400.000, a eso hay que aumentarle los descuentos por nómina de EPS y Pensión, las cuotas moderadoras que le hurta la EPS cada vez que requiere atención, medicamentos o exámenes, más el costo del transporte que como mínimo es de 100.000 mensuales por persona, el arriendo o la cuota vitalicia por la compra casa de interés social en la que hay una habitación por piso y está ubicada en los barrios más alejados de la ciudad y a eso añadimos los gastos normales que puede tener cualquier persona como usar zapatos y los que se pueden considerar lujos, como talcos para los pies, de la misma manera que tener un ropero de mínimo 5 perchas; sí definitivamente este tema hace reír.

2. LA SEGURIDAD

Hay cosas que hacen muy felices a las personas, como saber que tienen que ahorrar todo un año, o en su defecto endeudarse un año para tener alguno de los bienes de consumo más deseados en la actualidad, como por ejemplo un teléfono inteligente, para que llegue otro más avión y se lo arrebate cuando aún no ha aprendido a utilizarlo; otro ejemplo de felicidad puede ser que cuando alguien quiere romper con su agradable rutina de trabajo y decide salir a cenar o beber algo con los amigos, entiende que al tomar un taxi su vida está en riesgo y no sabe si realmente va a llegar a su casa esa noche o si las cuentas le van a quedar en ceros.

3. TRANSPORTE Y MOVILIDAD

Nada da más sensación de confort, relajamiento y felicidad que tomar el Transmilenio o cualquier tipo de transporte masivo en las horas pico; es tan motivador ver cómo la gente empuja, abusa, maltrata, roba e insulta a los demás en el proceso, al igual que las aglomeraciones en las mal diseñadas estaciones y puentes peatonales.  Divertidísimo también es estar en un trancón durante más de dos horas y ver lo bonita que se pone la ciudad cuando llueve, parece que todos prefieren quedarse estacionados para observar las gotas rodando por las ventanas, que romántico.

4. ENDEUDAMIENTO

Algo que verdaderamente sí hace felices a los colombianos es la facilidad como le dan una tarjeta de crédito por comprar una colombina, eso sí con intereses obscenamente usureros, para que puedan diferir sus angustias a las cuotas que deseen y así poder ufanarse de que se está al día con el último grito de la tendencia.  Cabe anotar que ésta fue una de las iniciativas incluidas en el plan de gobierno del señor Santos, él prometió endeudar a las personas, empezando por los jóvenes recién graduados, a quienes les "facilitaría" el acceso a la educación endeudándolos de por vida desde que cumplan sus 18 años y, como si fuera poco,  para que no se note lo absurdo del salario mínimo y la inicua idea de con esto se puede vivir, le facilita a los dueños del país generar el sofisma de que todo se puede pagar a crédito y así todo el mundo anda arrancado, debiendo hasta la camisa, pero "felices" de tener cosas.

5. LA SOBREDOSIS DE TLCS

Motivo de festejo y orgullo saber que ahora podremos poner en nuestras mesas los mejores quesos gourmet traídos directamente de los valles suizos y carne de las vacas amigas de Almodóvar mientras que todo el incipiente y mediocre sistema agro-económico fenece y se desvirtúa frente a las agresivas intromisiones de los países desarrollados e industrialmente poderosos, a cambio de una escasa participación en el exterior de productos nuestros como flores, banano, atún y camarones a cambio de cero desarrollo social, cero desarrollo económico, no tratado de promoción de inversiones, no mejora de la estructura exportable y nada de mejora en el proceso industrial Colombiano. Por supuesto que la firma de los TLC ha sido una victoria, pero una VICTORIA PÍRRICA. ¡Qué felicidad!. 

6. INEQUIDAD

Y como las presentadoras de la televisora, también tengo mi ñapa: La inequidad, que en verdad es un motivo de bastante felicidad, como para celebrar hasta perder la noción. Hay que partir del hecho que según el informe de las Naciones Unidas de hace dos meses nuestra región es la más desigual de TODO el mundo, lo cual se manifiesta en la absurda distribución del ingreso, la falta de cobertura de protección social, el difícil acceso y calidad de la educación además del frustrante acceso al mercado laboral.  Esta inequidad se la agradecemos a la falta de una verdadera política social, a más de medio siglo de guerra interna, a la concentración de las posibilidades en un pequeño  puñado de empresas grandes y productivas y a un mar de empresas informales, pequeñas sin la capacidad, infraestructura y pericia en los devenires del comercio internacional.

La inequidad es más bien la que resume los puntos anteriores, la ausencia de condiciones favorables para todos, es la que hace que Colombia continúe siendo un país tercermundista subdesarrollado que, so pena el sarcasmo utilizado en el resto del escrito, produce inconformismo, tristeza, desazón y ganas de emigrar a quienes no somos conformistas y que hasta somos desagradecidos, pero que esperamos más de la vida y queremos invertir nuestras fuerzas y entusiasmo en el mejoramiento de la calidad de vida no de manera idealista sino de forma efectiva aunque lastimosamente esta iniciativa también se ve velada por la ausencia de pares afines en lugares de influencia que puedan hacer posible la ruptura del actual paradigma económico, el fortalecimiento de pactos sociales y la unidad de criterios en la conformación del país que sueña una  “inmensa minoría” y termino con este cliché ya que tristemente debo concluir que algún porcentaje de esos encuestados asombrosamente se siente feliz.  Yo creo más bien que el que desconoce mucho y no se interesa en enterarse, se hace feliz a sí mismo mientras se engaña, aunque finalmente muere tranquilo. Ahora sí ¡permítame reirme!

domingo, 14 de julio de 2013

De la postmodernidad y sus conflictos.


El mundo que observamos hoy no es el mismo que concibieron nuestros bisabuelos, ni siquiera nuestros abuelos, va tan presuroso hacia su final. Encausado en un frenesí interminable hacia el hedonismo, un deseo fundamentado en la consecución de todo tipo de placer, enfocado en el poder acumular tanto de todo para poder darle valía a la existencia, para tener mucho de que sentirse orgulloso, algo valioso para ostentar frente a otros que en medio de su incansable delirio empujan presurosamente generando un movimiento denso, brusco y grotesco que intenta ahogar cualquier grito de cordura.

La postmodernidad es una era de la humanidad que ha transcurrido veloz y fuertemente, continua y cadenciosamente haciendo que la rutina de cada día tenga origen en alguno de sus postulados, nadie escapa de ella, ya sea porque algunos están tan profundamente inmersos como soñando un sueño insomne, etéreo, pero constante que sutilmente va echando raíces en lo más profundo del ser, allá en los orígenes del subconsciente, o sea porque otros tratan y tratan todos los días de luchar en contra de esta vertiginosa corriente que enmarca todos los escenarios de su cotidianidad; estos mismos son aquellos que prefieren ejercer el oficio de pensar, de cuestionar, de ser, ser eso que sus propios postulados han retado, eso que no es fácil de lograr debido a la presión que ejerce la inercia de las masas, las inevitables masas que pululan y circundan absolutamente todos los entornos, es verdad, ni un solo rincón ha quedado totalmente virgen, libre de la tal contaminación.

Aunque es muy cierto que dentro de ciertos espacios se puede estar a gusto porque a pesar de que el entorno ha manoseado sus extramuros, no ha podido, ni podrá nunca palpar su esencia. Ese lugar, ese espacio, ese momento, ese estado, ese escondite, o como cada cual decida llamarlo es todo lo que realmente posee, es todo lo que podrá darse a sí mismo y es lo que reflejará a los demás, es la una manera noble de criticar, de observar con mirada aguda y de asumir una posición frente a todo y hacerla respetar. No me refiero a la mera crítica de desaprobación sino la crítica que Marx formuló como teoría de la sociedad y Freud como metapsicología, esa que está caracterizada precisamente por el hecho de que da cabida en su conciencia al interés que guía el conocimiento y ciertamente a un interés emancipatorio que va por encima del interés cognoscitivo técnico y práctico como lo postula Habermas, se podría decir que el despertar de una conciencia o de varias podría ir más allá de generar más rupturas en las relaciones de los seres humanos que irónicamente están adheridos a la globalización, sino más bien a elevar el sentido personal y social de la humanidad, generar retos no solo de sobrevivencia sino de una trascendencia capaz de reactivar los deseos de una elevada conciencia frente al todo circundante, el respeto, respeto por sí mismo y respeto por cada uno de los elementos que nos han llevado a permanecer como los mayordomos del planeta.

Suelo pensar que las cosas no deben llegar al fin que está anunciado, suelo soñar con una existencia menos abrumadora y con un futuro mejor, suelo soñar con que el hombre podrá amar al otro como hermano, suelo soñar en un mundo de respeto en un lugar en donde la arrogancia, el poder y el dinero no consuma los razonamientos nobles. Esto no es lo que basta, no es suficiente para elevar la calidad de vida de una sociedad descompuesta, pero si es un comienzo individual para poder llegar a otras instancias en las que una a una se unen las conciencias y se pueden logran cambios radicales. Así lo parezca, no es una utopía… podemos seguir rigiendo la historia de la humanidad.


domingo, 30 de junio de 2013

Lienzos de piedra: Arte gritado, trascendente en las urbes.



"Las paredes tienen oídos" es un refrán común que sugiere que alguien puede escuchar lo que se habla en "secreto"; por este tiempo yo diría que la frase que podemos acuñar como más acertada sería "las paredes hablan". 

En el siglo XXI han surgido varias revoluciones, pero hay una que me atañe en este momento. Todo surgió con cierto descontento que me surgió luego de ver las paredes públicas y privadas garabateadas, manoseadas con lápices de "spray" y estarcidos con mensajes alusivos a una "crew" y sus alcances, otros hacia el descontento y otros un poco más o menos dicientes. Me preguntaba si lo que me molestaba era la contaminación visual, el irrespeto por el bien ajeno o el desparpajo de algunos por decir dos o tres futilidades. Hoy, después de revisar el intríngulis de mis emociones denigratorias finalmente he concluido que la piedra en el zapato se debe a que aunque sobra corazón, hace falta calidad, estética y respeto por el arte del graffiti, que en mi concepto, comienza por sus mismos protagonistas. El arte sencillamente es arte y tiene la altísima calidad de tocar nuestras fibras, comunicar más allá de un mensaje, te puede inducir, calmar, consolar y hasta transformar, y, partiendo de allí merece respeto, merece hacerse con altura.

Profundizando en el tema, encuentro que a diferencia de quienes lo elaboran de manera incipiente y vulgar, el graffiti se ha impuesto positivamente en el globo como una manera de comunicación importantísima y valiosa, se ha vuelto parte de la convivencia entre el individuo, la cultura, la sociedad, la política y el entorno, todo esto expresado en arte, arte que surge de las entrañas, "arte gritado", expuesto y maximizado con el ánimo no solo de decir, sino de transmitir, de despertar conciencias, de rescatar de la indiferencia a una generación que también globaliza sus enfermedades sociales. Es impactante y efusivo ver como los lienzos de piedra en medio de un callejón en Estambúl protagonizados por un artista brasilero están conectados con otros ubicados en un barrio oprimido del Cairo diseñados por un artista Alemán y con los graffos estampados en lo alto de las comunas de Medellín por un artista nacional. Me ha gustado asomarme y ver que hay artistas que luchan por hacer las cosas bien, con respeto por la estética y por su público, que son capaces de exponer sus ideas por románticas, etéreas, revolucionarias o excéntricas de la misma manera que lo haría un Bretón en sus escritos o un Kush en sus lienzos, es decir, desbordando el alma, abriendo su ser a toda una urbe, utilizando técnicas depuradas exigiéndose a sí mismos y a su público global la -según yo- infaltable mirada hacia la profunda influencia trascendente del arte en nuestras vidas.

Este tema no se puede concluir, todo lo contrario, hay que voltear la  mirada hacia esta emergente generación de artistas que apuntan a generar cambios decisivos en la sociedad por un medio de expresión que cada vez está más lejos del menosprecio y adquiere adeptos pulcros y un público cada vez más impresionado e interesado en todo lo que el Graffiti tiene para dar.

Echemos un "vistazo" a los gritos que despiertan la conciencia social en iniciativas que propenden hacia el desarraigo del conformismo y la indiferencia frente a nuestras raíces, la justicia, la cultura y la objetivización del arte como elemento transformador de odiosas realidades. Hay que observar el trabajo de "nuestros" artistas, algunos de ellos: Bastardilla, Lili Cuca, Guache, Stinkfish, Toxicómano, Carlos Trilleras, Oveja Fucsia, Cacerolo, Julio Aristizabal... muchos más, además de la calidad expresada por varios colectivos en los lienzos de piedra de nuestra Colombia.